SUEÑOS EN EL MORRAL
Yo era joven, y muy lindo.
El bello sexo me seguía
(No sé por qué a las féminas
Llaman bello sexo
Cuando los hombres son tan guapos).
Yo no militaba en ningún partido
Asociación o sindicato
Pero, con nuestra propia libertad
Yo, y algunos compañeros
Nos reíamos de los políticos
Y la “pasma” que les defienden.
Yo llevaba mis sueños en un morral:
“Dios y el Estado” de Bakunin
“El Catecismo del Revolucionario” de Nechaev
“Obras completas de San Juan de la Cruz”
“Obras Completas
De Federico García Lorca”
Y una revista porno “Private”
Con unos sobrecitos de pastillas
De leche de burra
Y bolitas de anís compradas en Casa Paco
Cerca de La Latina, en Madrid.
Como era en tiempos del franco fascismo sacro
Por mi morral sospecharon los de la pasma.
Me agarraron, un día
Cuando yo salía de mi trabajo
Me secuestraron y llevaron sin más
A la Dirección General de Seguridad
En la `Puerta del Sol
En cuyos sótanos prisiones
Me arrojaron, no sé por cuantos días
Torturando mi cabeza y mi sien
Cada dos por tres
Sin darme pan ni agua
Por ser “opuesto al régimen”
Y por seguridad
Como me informaron.
Con la luz de mi morral
Al abrirle y sacar los libros
Estos majaderos me informaron que:
“De primeras, me aplicaban
Y por deseo de su Comisario
Sin derecho alguno a abogado
La Ley de Vagos y Maleantes
¡Y eso que me pillaron al salir
De mi trabajo ¡
Por la revista Private
Y las obras completas de San Juan de la Cruz
Y García Lorca
Me condenaban por pornografía.
Por los libros de Bakunin y Nechaev
Me clasificaban como Anarquista muy peligroso
Y por las pastillas de leche de burra
Como traficante de drogas.
Con este sambenito, un día
Me sacaron de las mazmorras
Para, después de hacerme las fotos de rigor
(Un guardián me dijo:
-No pienses que te vamos a hacer las fotos
Como las que aparecen
En la revista Private)
Invitarme a comer una sopa de fideos
Dos huevos fritos con patatas fritas
Una pera y agua
Diciéndome uno de los dos que me vigilaban
Que parecía, al reírse, un maricón:
-Esta noche, te llevamos a Carabanchel.
Te lo vas a pasar muy bien.
Encontrarás muchos amigos.
En la noche, me dieron un volante
Para presentar en la Cárcel
Que decía, en pocas palabras:
“Aquí os va este sujeto
Un anarquista muy peligroso”.
Por la noche, me metieron en una “Lechera”
Furgoneta para distribuir presos
Echándome en brazos de los carceleros de Carabanchel
Que reían como burros.
Yo lloraba para adentro
Por haber dejado desconsolados
A mi madre y a mi padre
Disgustados por haberme llevado preso
Y quedarse con mi morral de los sueños
Al que tanto tenía aprecio.
DANIEL DE CULLA